Muerte súbita: Un fantasma para los padres

Muerte subita del lactante

Llamado también “sudden infant death syndrome”, muerte en la cuna o muerte blanca. Se define como “toda muerte súbita e inesperada de un niño de menos de un año de edad que carece de explicación tras una minuciosa investigación”. En los países desarrollados tiene una frecuencia del 1-3% de los recién nacidos vivos (2% en EEUU). Es la primera causa de muerte en niños entre una semana y un año de vida. La mayor parte de casos se da en menores de 6 meses (95%), y suele suceder de noche, mientras el niño duerme, entre las 12 p.m. y las 9 a.m.

Más frecuente en varones, con predominio durante los meses fríos y húmedos respecto a los cálidos y secos. En EEUU se dá más en indios y afro-americanos, y en la población general es más frecuente cuanto más bajo sea el nivel socioeconómico de la familia.

Existen una serie de factores que incrementan el riesgo de aparición de este síndrome, algunos de los cuales están relacionados con la madre (anemia, tabaquismo, alcohol y drogas, edad materna menor de 20 años).

Se pensaba hace un tiempo que los niños debían dormir boca abajo (prono) para evitar que en caso de vómito éste se aspirara. Luego se vio que no era cierto, que el reflejo de la tos es suficiente para impedir la aspiración, y que además dormir boca arriba (supino) es preferible porque protege al niño de sufrir la muerte súbita. Desde 1992, la mortalidad súbita del lactante fue descendiendo hasta un 50% gracias a que se generalizó la costumbre de poner a los niños a dormir boca arriba.

Otros factores que podrían guardar relación con la aparición de la muerte súbita son: Cama blanda o bebé cubierto por ropa de cama (no se recomienda sobreabrigar al bebé), elementos blandos como peluches, cobertores, almohadas y similares en la cuna, falta de lactancia materna, exceso de calor o frió ambiental o subida de temperatura tras un periodo frío, y compartir la cama con la madre (co-sleeping, la madre puede asfixiar al niño sin darse cuenta mientras duerme.

Es muy raro que pase, porque la madre normalmente se despierta si nota al niño, salvo en los casos en que se encuentre bebida o drogada.

Cuando un niño ha sufrido el síndrome de muerte súbita, los hijos posteriores tendrán un riesgo 5 veces mayor que el resto de la población. También los niños prematuros o con bajo peso para su edad gestacional presentan mayor riesgo.

Esta experiencia (ver morir al hijo en tan corta edad) se considera como una de las más dolorosas situaciones por las que puede atravesar el ser humano, y provoca con frecuencia secuelas importantes en las familias. A pesar de las investigaciones, sigue sin saberse la causa por la cual se desencadena la muerte. La historia clínica, el examen del lugar del fallecimiento, y la autopsia completa del bebé no aclaran los hechos. Se trata por tanto de un diagnóstico de exclusión y sólo se dispone de medidas como las anteriores que logran reducir el riesgo.